Por Almudena Fernández
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8 de octubre de 2023
Claves para tu dormitorio perfecto… Nos adentramos en las temperaturas del otoño, donde el fresquito de la mañana nos hace remolonear aún más en la cama. Disfrutamos más tiempo de nuestros dormitorios… ¡Es el momento de ponerlo a punto! Mejoremos la distribución. El elemento principal que define la distribución de todo es la cama, luego el resto de mobiliario. Lo ideal es que el tamaño de la cama esté acorde a tu talla y peso, y dentro de las proporciones también de la habitación. Si tienes alguna ventana, la cama debería encajar mejor en paralelo a ella, o de frente. En caso que la habitación sea demasiado estrecha y alargada, opta por colocarla debajo de la ventana, haciendo ésta las funciones de cabecero. De esta forma, te permitirá aprovechar el espacio que queda en los pies de la cama para colocar por ejemplo un banco. O en las paredes laterales alguna cómoda estrecha. Si la ventana tiene alfeizar, úsalo como balda para libros. Ahora piensa en unas mesitas de noche, imprescindibles para dejar cosas o colocar lámpara. Debes tener un espacio de al menos 70 cts. para que queden bien. El armario se colocará en la pared más grande que te quede libre, y que tenga fondo de al menos 60 cts.. Preferiblemente con puertas, todo oculto. De lo contrario el ruido visual que produce la ropa no te aportará bienestar, por muy bien colocado que lo tengas todo. Si te sobra espacio, coloca una cajonera o cómoda, para la ropa de menor tamaño que no necesite estar colgada. Si necesitas zona de trabajo, podrías completarlo con un escritorio o mesa abatible con un fondo de 40cms, que es suficiente para apoyar el portátil. El secreto de un buen dormitorio, la cama. Muy necesario hacer una buena inversión en la cama, colchón, almohada y ropa de cama, no menos importante. Nos pasamos un tercio de nuestra vida en ella, nuestra calidad de vida proviene en parte del buen descanso. Elije el colchón que mejor se adapte a tu tamaño y peso, si eres de pasar frío o calor, consulta bien sus características y elige según sus materiales. Con la ropa de cama igual, elige tejidos muy fresquitos y naturales para el verano. Colchas finitas y ligeras. En invierno no hace falta usar mantas pesadas para que den calor, hay edredones que se ajustan a la temperatura corporal sin necesidad de pesar o resultar muy grueso. Hazte de una cama con canapé, aprovecharás más el espacio. Tienes para guardar ropa de cama, mantas, sábanas, etc. También está la opción de elegir cajones. Por último, ten en cuenta la altura del colchón + canapé. Lo normal es que mida unos 60 cts. En total. Pero hay camas más altas que pueden resultar algo incómodas. Incluye una alfombra calentita a los pies de la cama, o en los laterales, este accesorio ordena visualmente el espacio, además de hacerte más cómoda la incorporación por la mañana. El toque de estilo. El truco final es vestir la cama como si de un hotel se tratase. Usando como base un juego de sábanas blancas, que transmiten calma. Cubre con un edredón nórdico y usa un plaid o mantita para colocar doblado en los pies. Esto le dará color. Otra opción es usar una colcha finita sobre las sábanas y un edredón más grueso para los pies, por si necesitas abrigarte más en mitad de la noche. En el mercado hay edredones y colchas para usar todo el año. Que según su grosor y composición, se adaptan más al verano o al invierno. Añadir cojines, de diferentes texturas, y tamaños. Los más grandes son cómodos para leer en la cama, estando más incorporada. Los de menor tamaño son decorativos que aportan color o crean contraste con el resto. Colócalos siempre de mayor a menor. Muy atractivas a la vista son las mesitas de noche. Estos pequeños muebles, tienen más importancia de lo que imaginamos. En primer lugar porque el impacto visual de un dormitorio lo causa el frontal donde está la cama, y ésta debe formar un bonito conjunto con las mesillas. Este detalle además nos da información de cómo es la persona que duerme allí. Ojo por ejemplo a la simetría o no de ambas. Al acabado, si son iguales o no, a la altura y al estilo decorativo. -Pueden ser iguales, y diferentes al resto de mobiliario de la habitación. -Pueden ser diferentes entre sí, y estar coordinadas en material o color alguna de ellas con el resto del dormitorio y una de ellas que genere contraste con lo demás. -Pueden ser pequeñas y compactas, o baldas voladas. -Pueden ser también cómodas de menor tamaño, con cajoneras. -En mesillas de noche casi cualquier opción es válida, hasta unas pequeñas mesas auxiliares como las que se colocan en el salón servirán. Cuánto más atrevida y diferente sea la propuesta, más personalidad ganará la habitación. Armarios. La opción ganadora para mí, siempre es el armario cerrado. Con puertas, donde todo queda oculto. Pueden ser de obra, aprovechando un hueco, o prefabricado, para montar in situ. Los que se hacen de obra tienen diferentes opciones de puertas, correderas, apertura normal, y yo añadiría usar paneles japoneses para dar un aire diferente. Estas son ligeras y de apertura lateral corredera. El material y color del armario puede ser igual que el resto de muebles del dormitorio, o diferente, para crear contraste. Cajoneras como apoyo al armario. Si tienes más espacio, añade una cómoda o cajonera, que sirva para la ropa doblada. Es un apoyo al armario, puede ser también un mueble zapatero, o un baúl, un buró, en definitiva un mueble auxiliar que ayude a crear almacenaje a la vez que decore la estancia. Otros muebles. Podríamos incluir aquí muebles pequeños auxiliares que nos facilitan a diario el uso de la habitación. Como puede ser un perchero o galán, para dejar la ropa que vamos a usar al día siguiente, o el pijama. Un banco en los pies de la cama, o taburete para descalzarnos. Alguna balda en la pared, para libros u otros accesorios como complementos, joyería… Pensar antes de añadir muebles, en las necesidades y usos del propio dormitorio y siempre respetando la proporción, para no llegar a saturar. Ventanas. Esos huecos al exterior, tan importantes para regular nuestro ritmo circadiano y conectarnos con el mundo. Siempre vestidas. Le doy mucha importancia a esto, ya que una ventana bien vestida, además de quedar bien decorativamente hablando e incluirse en el conjunto, también hace que cumpla su función perfectamente. La de regular la luz y temperatura de la habitación. Dependiendo del tipo de apertura y hojas que tenga, podrá usarse un tipo u otro de cortina. Añade siempre estor, visillo o persiana (veneciana) ligera para tamizar la luz directa. Haciendo la función de filtro, lo que permitirá que entre mucha luz sin quemar la estancia, protegiendo a los muebles y ropa de cama, a la vez que regulando la temperatura. Y a modo decorativo, añadir unas cortinas de otro material y color. Éstas pueden usarse también para regular la claridad, o actuar como persiana externa en caso de no tener, si las colocamos por ejemplo de color oscuro y de un material grueso. Iluminación. La iluminación general puede ser con focos empotrados perimetrales, si tienes falso techo. O punto central para colgar una lámpara. Puntos de luz que no pueden faltar para hacer acogedora y práctica tu habitación son: -En la zona de armario, para vestirte y elegir bien la ropa. Lo ideal es que sean focos, uno por cada cuerpo de armario. -En las mesillas de noche, para leer. Ya sean apliques de pared, auxiliares o colgantes de techo. -Para trabajar, si tienes escritorio. Lámpara auxiliar de sobremesa, con luz focalizada como un flexo. Siempre luz cálida.